BID: Pensiones en el Perú serían las menores de la región al 2100

BID: Pensiones en el Perú serían las menores de la región al 2100

Un aportante al SPP que solo haya cotizado durante el 10% de su vida laboral, obtendría una tasa de reemplazo de apenas 4%.

(Por Nicolás Castillo y Luis Alegría) Ahorrar para la vejez es muy necesario para todas las personas durante su vida laboral activa. Sin embargo, los esquemas obligatorios de ahorro vigentes son impopulares a nivel regional. En general, la fuerza laboral de América Latina y el Caribe rechaza contribuir a sistemas que, por lo general, dan pensiones más bajas de lo que se quisiera.

En este contexto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaboró un estudio en el que muestra los problemas estructurales de los sistemas previsionales en la región y, además, hace un análisis prospectivo de qué se puede esperar en el largo plazo, si no se hacen reformas a los esquemas actuales. Este informe trae malas noticias para los trabajadores peruanos, pues las perspectivas son de deterioro generalizado en las pensiones.


El estudio resalta que, al año 2100, la tasa de reemplazo del Sistema Privado de Pensiones (SPP) –es decir, la pensión como porcentaje del último salario recibido– en el Perú sería la que más se deteriore en la región y, así, las pensiones serían las menores en la región. Esto debido a que la tasa de reemplazo bajaría desde un 38% actualmente hasta un 30%; lo que sería el dato más bajo entre todos los países de América Latina y el Caribe.

La perspectiva del BID difiere de lo que prevén las AFP locales. Por ejemplo, esta semana Prima AFP estimó que, cuando sus afiliados hayan aportado 40 años, la tasa de reemplazo sería de 64%.

El deterioro previsto por el organismo se daría solo en otros dos países: en el sistema privado de Chile y el esquema público uruguayo. Los pensionistas del vecino del sur, de aquí a 82 años, recibirían el equivalente a 35% de su último salario; mientras que en el país del oriente la tasa de reemplazo caería desde alrededor de 72% hasta 68%.

“Para los sistemas de capitalización individual, la reducción en las tasas de reemplazo será un resultado impopular y pondrá en tela de juicio su sostenibilidad social”, apunta el estudio.

SISTEMAS REGRESIVOS
?Las brechas que existen entre el SPP y el sistema público son notables. Un aportante al SPP que solo haya cotizado durante el 10% de su vida laboral, obtendría una tasa de reemplazo de apenas 4%. La cifra va creciendo junto con el tiempo de cotización y alcanza el 38% solamente si aporta durante el 100% de los años que trabaja.

En tanto, en el sistema público una persona que haya aportado el mínimo de 20 años –la mitad de su vida laboral, según el BID–, recibe una tasa de reemplazo promedio de 47%; aunque las personas de mayores ingresos reciben pensiones inferiores al 20% de su último salario. En tanto, un jubilado del SPP recibe una tasa de reemplazo de 27%.

El problema, en el Perú y la región, es que los trabajadores que hacen
aportes esporádicos son los más desprotegidos y suelen percibir las pensiones más bajas. Ante esta situación, el BID resalta la experiencia chilena: los trabajadores de ese país que no cumplen los requisitos de contribución a su fondo de pensiones reciben un subsidio. Así, por mínimo que sea el tiempo de aportes, la tasa de reemplazo alcanza al menos 20%.

RENTABILIDADES
?Otro componente clave del estudio es el análisis de la rentabilidad implícita que generan los fondos de pensiones, es decir, la diferencia entre lo que uno aporta y la pensión recibida. En ese sentido, el Perú también sale mal parado. El retorno implícito de los fondos ahorrados en las AFP apenas alcanza 3,5% anual en términos reales.

Esta cifra está entre las más bajas de la región y es Venezuela el que tiene el sistema menos rentable (3%). Las AFP chilenas, por ejemplo, tienen un retorno implícito de 4,7% anual y las colombianas un 5,5%. El promedio de rendimiento de los esquemas de capitalización individual en la región es 5,4%.

Es importante notar que los aportantes a las AFP peruanas, sea cual
sea su nivel de ingreso, reciben el mismo retorno implícito. En tanto,
los afiliados de mayores ingresos que coticen en el sistema público
pueden tener rentabilidad negativa de hasta 5,7%.

RETOS PENDIENTES
?La conclusión central del informe del BID es que, con todos los desafíos por atender en los sistemas previsionales, la inacción no es una opción viable para los hacedores de políticas públicas. En ese sentido, la prioridad debiera ser tener claramente identificados
todos los retos.

El primer reto, y el más evidente, es que la pirámide poblacional está
cambiando de composición. La población está envejeciendo y eso
pondría presión sobre los sistemas de pensiones en el mediano y largo
plazo. Sin embargo, una segunda dificultad es una tendencia menos
obvia y predecible: los cambios tecnológicos (como la automatización,
el uso de plataformas digitales y el incremento de la conectividad) afectarán al mercado de trabajo como pilar de financiamiento de los sistemas pensionales.

“Los cambios tecnológicos tienen el potencial de difuminar las relaciones laborales. Para una parte importante de la población de América Latina y el Caribe, este proceso puede significar vidas laborales con una menor conexión con los sistemas de aseguramiento social”, advierte la entidad y agrega que debe ser un elemento clave en el debate de las próximas décadas.

Fecha Publicacion: 2018-11-25

Fuente: ELOMERCIO

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